SEÑOR DIOS, al comenzar esta reunión queremos que estés presente en nuestra vida. Que las tareas que realicemos tengan un sentido solidario y no sean sólo para beneficio nuestro, sino para que podamos servir a los demás con un espíritu nuevo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.


Todos: Amén.

Es un hecho que no podemos controlar los dones que Dios nos regala pero sí podemos controlar si usan o no los dones que recibimos, y cómo los usamos Los dones espirituales no son entidades autónomas fuera del control de la persona, sino que son habilidades que el Espíritu da y que la persona debe desarrollar y usar para servir a los demás. 

Conozcamos más del Espíritu Santo en el segundo volumen de Pentecostés junto a Juan Pablo Mata