El 13 de mayo de 1981, cuando el Santo Padre recorría la Plaza de San Pedro en el papamóvil saludando a los peregrinos, fue herido gravemente de bala por los disparos del turco Mehmet Alí Agca. Herido, el Santo Padre fue conducido al Hospital Gemelli, donde permaneció durante varios meses.

El Cardenal Dziwisz, que fue uno de quienes sostuvo al Papa polaco mientras era llevado al hospital, indicó que el santo se pronunció con firmeza, desde el principio de sus más de 26 años de pontificado, en defensa de los pueblos perseguidos y oprimidos, así como de las sociedades esclavizadas por el totalitarismo.

“Él mismo procedía de Polonia, un país que vivió las atrocidades del nazismo y del comunismo en el siglo XX. Comprendió perfectamente el daño causado por la violencia totalitaria utilizada por las autoridades contra ciudadanos individuales y sociedades enteras”, dijo el Purpurado.

“Por eso exigió con firmeza que se respetaran los derechos y la dignidad de todos los seres humanos. Pagó un alto precio por ello, pero el intento de asesinato no interrumpió su misión”, aseguró el Cardenal que sirvió como secretario de San Juan Pablo II durante más de 40 años.

El Arzobispo Emérito de Cracovia recordó que en 1981, después del atentado, se encontraba “sosteniendo al Santo Padre desplomado y sangrando mucho. Yo estaba conmovido; pero sabía que teníamos que actuar para salvar su vida”.

“San Juan Pablo II, a pesar del dolor, mantuvo la calma, se encomendó a Dios y a María, y ya por el camino hacia el hospital, perdiendo el conocimiento, me dijo que perdonaba al asesino”, relató el Cardenal Dziwisz.

El Purpurado polaco recordó también que en su convalecencia y pese a la seguridad que  se había colocado en el hospital, el Papa peregrino no evitó encontrarse con la gente y siguió predicando su mensaje con valor.

Fueron cuatro balas las que alcanzaron a San Juan Pablo II, dos de ellas se alojaron en su intestino, otra impactó en su brazo derecho y la cuarta bala en la mano izquierda.

En los meses que estuvo en el hospital, San Juan Pablo II estudió al detalle los informes de las apariciones de la Virgen de Fátima y en 1982 viajó por primera vez a su santuario en Portugal para "agradecer a la Virgen su intervención para la salvación de mi vida y el restablecimiento de mi salud".

En diciembre de 1983, el Santo visitó y perdonó en la cárcel a Ali Agca. Al recibirlo el turco cuestionó: "¿Por qué no murió? Yo sé que apunté el arma como debía y sé que la bala era devastadora y mortal. 


¿Por qué entonces no murió? ¿Por qué todos hablan de Fátima?".

Hay varias teorías sobre el atentado contra San Juan Pablo II. Algunas refieren que fue  la KGB, el servicio secreto de la Unión Soviética, la que ordenó al servicio secreto búlgaro matar al Papa por su apoyo al sindicato Solidaridad, liderado por el premio nobel de la paz, Lech Walesa, que en 2011 afirmó que Karol Wojtyla fue el artífice de la derrota del comunismo en Polonia, con las armas de la “fe y solidaridad”.

Lucía, Jacinta y Francisco eran tres pastores que cuidaban de su rebaño en Cova Da Iria en Portugal, sin embargo, una mañana del 13 de mayo de 1917 su vida cambió al ver un relámpago radiante, fue entonces cuando vieron a una mujer parada sobre una nube, por lo que emanaba una luz radiante como el sol.

Esta mujer sostenía entre sus manos un rosario y se presentó como la Virgen de Fátima, y aparecía de mayo a octubre todos los días 13 de cada mes. Durante esas apariciones en las que los Lucía y Jacinta podían verla y escucharla, mientras que Francisco sólo podía verla, les dejó como tarea resguardar tres secretos o profecías.

Sin embargo, poco tiempo después Francisco y Jacinta murieron por lo que las profecías quedaron bajo el resguardo de Lucía quien después de mucho tiempo entró a la Orden de las Carmelitas Descalzas y se convirtió en monja, pero fue hasta 1941 cuando dio a conocer los dos primeros secretos.

Estos mensajes considerados como premonitorios fueron dados a conocer solamente a los Papas pues según con San Juan Pablo II estas eran “revelaciones privadas cuyo propósito era ayudar más plenamente de acuerdo a las enseñanzas de Cristo”.

¿Cuáles son las profecías?

El primer secreto o profecía tenía que ver con la Revolución Rusa, pues la Virgen les dijo a los tres niños que tanto Rusia como toda la humanidad se consagrarían al Inmaculado Corazón de María por lo que señaló que  “si se escuchan mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia”.

La segunda profecía tenía que ver con los conflictos bélicos como la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial pues esta premonición señalaba que “la guerra va a acabar, pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor...por sus crímenes por medio de la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre”.

El tercer y último secreto tenía que ver con un atentado al Sumo Pontífice, pues se decía que uno de los Papas sería asesinado, para lo cual algunos consideran que esta profecía ya se ha cumplido pues el 13 de mayo de 1981 el Papa San Juan Pablo II sufrió un atentado del cual sobrevivió, sin embargo, otros consideran que la profecía aún no se cumple.