Domingo 20

SEÑOR DIOS, al comenzar esta reunión queremos que estés presente en nuestra vida. Que las tareas que realicemos tengan un sentido solidario y no sean sólo para beneficio nuestro, sino para que podamos servir a los demás con un espíritu nuevo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Todos: Amén.


La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre cada uno de nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Los discípulos y discípulas de Jesús fueron a buscarlo después de su muerte al lugar  que nuestra mentalidad limitada nos indica: en el cementerio. Pero se encontraron que no estaba allí. Comenzaron a darse cuenta que Jesús rompía nuestra manera de pensar y que su vida no terminaba con la muerte. Luego, en varias ocasiones, los  discípulos y discípulas se encontraron con Jesús vivo, de una manera nueva e inesperada y Él mismo se encargó de ayudarles a tener una nueva forma de pensar y  de ver toda su historia y de enfrentar su vida en el presente.

Lectura de San Lucas 24, 13-35. El evangelista sinóptico relata la aparición de Jesús a los discípulos de Emaús. 


REFLEXIÓN. Con la mirada, durante el ocaso ¿Qué es lo que a veces me hace poner la vista en otras cosas que no sea en Jesús?

(Acá se le otorga la palabra a cada uno de los integrantes).


PADRE NUESTRO

Guía: Unidos en una sola voz digamos: Padre Nuestro...

CONCLUSION


Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros. Todos: Y seremos salvos. Amén.