Apostolado Hechos llega a su septimo aniversario

 


Es una Bendición muy grande poder compartir con ustedes la alegría de llegar a nuestro séptimo aniversario, y para ello les compartimos la entrevista publicada por el periódico digital La misión.

¿Cómo inicia este proyecto?

El Apostolado fue fundado el 26 de noviembre del 2017. Yo, formaba parte de una hermosa comunidad, pero ese año tuve una serie de pruebas y encuentros personales que me llevaron a acercarme al Señor, en medio de la tormenta. Sentía que le debía mas al señor y como el cojo de la Hermosa, que relata el libro de Hechos de los Apóstoles, en esa época sentía que estaba tibio. No me comprometía más, porque justo significaba eso, más compromiso, pero tampoco me quería ir.


Se dieron una serie de cambios en aquella bella comunidad, y empecé a reunirme con amistades en algunos cafés para platicar y meditar sobre la palabra.


Un día una hermana me dice que vendrán unos familiares de Estados Unidos, y que le gustaría realizarles un desayuno, con algún tema sobre la navidad y alabanza. Me compartió el reto, y así se hizo, sin tomar en cuenta que al desayuno no solo asistirían familiares, sino también amigos y amigos de sus amigos.


Fuimos 30 personas en un restaurante de la zona 10. 26 de noviembre del 2017. Fue una mañana de mucha Bendición. Por las fechas se vinieron las actividades de fin de año, y en una posada conozco al Padre Fernando Martínez, quien me invita a una misa de sanación en el Ministerio Kyrios. Bello ministerio al cual asisití por algunas semanas, pero con esa inquietud de hacer algo distinto, empecé a indagar sobre los requisitos para fundar un Ministerio.


Muchas personas se acercaron con el objetivo de no hacerlo, porque sentían que era una especie de transgresión hacia mi servicio en aquella comunidad. Aquí quiero resaltar que ha sido una palabra que me ha acompañado durante estos 7 años, “transgredir”. Existe una fuerte tensión entre la tradición y la renovación de nuestra Santa Iglesia Católica y nosotros, los feligreses.


En aquella época eso fue lo que me hicieron creer, que quería transgredir, pero para poder avanzar y servir mejor al pueblo de Dios debemos a veces romper con lo establecido, sin rechazar la esencia de la fe, sino reinterpretarla a la luz de los desafíos contemporáneos, como la pobreza, la desigualdad y la desconexión con los fieles.


¿Finalmente se establecieron como Ministerio?

Después de algunas platicas con el Padre Fernando Martínez, me presenta con otro buen amigo sacerdote, ex compañeros del seminario, el Padre Hugo Portillo. Curiosamente era párroco de la Iglesia Santa María del Tepeyac en la zona 21, un lugar algo cerca donde vivía en ese momento. Era diciembre y me dice “mijo, lo espero en enero con su proyecto”. Pase trabajando en los planes, los estatutos, programación para empezar una pequeña comunidad. Finalmente tuvimos la reunión en casa parroquial a finales de enero. Llevo mi montón de folders y me dice; ¿Y esto para que es?, a lo cual le respondí: “Son los planes Padre, estatutos y códigos del Apostolado”. Con una sonrisa picara me dice: “Aquí no usamos eso”. Está aprobado, inician el próximo viernes. 


Y en una capilla de la zona 12, final Atanasio Tzul empezamos a actividades los viernes a las 7 de la noche. Fue un proceso de aprendizaje personal y de fe. Éramos como 9 o 10, otros días 6 o 7 y a veces solo 3. Un lugar modesto, a las orillas de la colonia Guajitos. En esa época mantenía comunicación con algunas amistades que había dejado en la anterior comunidad, y en marzo del 2018 me dicen; “Juan Pablo, quisiéramos ir a la comunidad que has fundado pero es lejos”. Entonces surge la iniciativa de hacer desayunos evangelizadores, tomando el formato de las tradicionales comunidades bíblicas católicas evangelizadoras. Un concepto que no es nuevo, de hecho, en la conferencia de Aparecida hay una ruta clara a seguir. Estuvimos trabajando de esta manera hasta que en el 2020 inicia pandemia. Un suceso con un profundo impacto en las comunidades católicas y bíblicas, tanto en sus prácticas espirituales como en su vida comunitaria. 


Fue un gran desafío, una época muy difícil, de gran sufrimiento, pero también de purificación. Al igual que en el desierto del Éxodo, el aislamiento y la incertidumbre se convirtieron en una prueba que llamó a los fieles a confiar más profundamente en Dios. La falta de acceso físico a los sacramentos llevó a un redescubrimiento de la oración personal y de las devociones en el hogar.




¿Fue grande el desafío en Pandemia? 

Yo le llamaría mas un tiempo de fragilidad, pero también esperanza. Aunque físicamente separados, las comunidades encontraron formas creativas de mantenerse conectadas a través de la tecnología y la oración compartida. Las misas transmitidas en línea, las reuniones virtuales y los grupos de oración ayudaron a mantener viva la comunión espiritual. Tuvimos que aprender y adaptarnos a la virtualidad. En lo personal no fue un asunto sencillo, pero logramos aprender. 

Lanzamos cursos de aprendizaje católico en línea, reuniones virtuales, fruto de este aprendizaje también surgen algunos libros de texto de Apostolado Hechos, dirigidos a servidores y laicos que desean profundizar sus conocimientos en la Sagrada Escritura, Apologética, Predicación y un texto de mucha Bendición para sobrellevar los procesos de luto. 

¿Cómo Apostolado Hechos le hizo frente a la emergencia sanitaria?

En este proceso de Pandemia, hubo muchos cambios, uno de ellos fue que nuestro sacerdote guía, Padre Hugo Portillo quien fue trasladado de parroquia. Pandemia me obligó a mudarme, y entonces mantenía comunicación con el nuevo párroco, pero debido a la emergencia sanitaria, era bastante complejo trazar planes para los nuevos proyectos parroquiales. Al poco tiempo lo cambiaron, y perdí comunicación con el nuevo párroco. 


En este ir y venir, y que adicional al grupo de evangelización, Dios nos permitió formarnos y después formar, y con ello predicar.  El visitar iglesias y comunidades me permitió conocer sacerdotes, uno de ellos el Padre Fernando Divassi, quien nos dio la oportunidad de poder evangelizar a través de Emaús Radio. También al Padre Víctor Manuel González con quien mantengo una cálida amistad y Padre Nery Quintanilla, que además de ser amigo se ha convertido en asesor espiritual.


Mientras pretendíamos mantener la estructura original, por miedo a transgredir o perder la esencia, nos encontramos con muchos conflictos. Poder continuar con asambleas presenciales semanales, desayunos, obras de misericordia y muchos proyectos más. La cantidad de servidores se redujo de 13, después a 10, finalmente quedamos dos. 


Nada más. A pesar de las dificultades, logramos salir adelante con algunos proyectos de misericordia la parroquia Santa María del Tepeyac durante la Pandemia. Sin embargo, no era factible continuar. Fue un tiempo de mucha meditación, porque además de no contar con hermanos en servicio económicamente era difícil para todos.


Por ejemplo, las plataformas de virtualidad tienen un costo, el tiempo en radio tiene un costo, y casi todas las herramientas tienen un costo. Y entramos en un conflicto, porque no podíamos pretender agotar recursos tratando de evangelizar, si bien ese dinero podría usarse para hermanos con necesidad o en la parroquia, por ejemplo. 


Y en diciembre de 2022 sale una convocatoria de un curso promovido por el Dicasterio para la Comunicación del Vaticano por el sexagésimo aniversario del decreto “Inter Mirifica”, documento sobre los Medios de Comunicación Social promulgado por el Concilio Vaticano II el 4 de diciembre de 1963. Este documento aborda la importancia de los medios de comunicación en la vida de la Iglesia y en la sociedad. Decidí ingresar al curso en línea, y en medio del aprendizaje lo platiqué con nuestro sacerdote guía, y debido a mi experiencia en medios de comunicación, el camino que el Señor había trazado para mi individualmente y para el Apostolado era la formación y la comunicación que van mucho de la mano.


Empezamos a trabajar en colaboración con la vicaria de movimientos, Emaús Radio y algún contenido en redes sociales con el objetivo de evangelizar. Curiosamente en mayo de 2024 nos llega un correo de nuestro proveedor de servicio web indicándonos que no podíamos continuar con el mismo plan y que debíamos aumentarlo. Casi decido terminar con el proyecto, y quedarnos colaborando con otros medios y grupos, pero justo en esos días recibí un dinero extra de mi trabajo secular, y realicé la inversión para seguir en línea. 


Como parte de la contratación había un dominio gratuito, debía tomarlo en ese momento, y no se me ocurrió nada más que biencatolicos.com


Quedo pausado por algunas semanas, pero en una platica de café con un amigo predicador y Padre Jefferson Leme, salió el tema del trabajo que muchos sitios web han realizado para promover el evangelio y las noticias de la iglesia católica, pero que en Guatemala un no había surgido algo similar y fue cuando empezamos a trabajar en el proyecto como tal, ya con un nombre, con una línea y un objetivo, evangelizar a través de la comunicación y formar al pueblo católico. 


¿Qué planes y desafíos hay como Apostolado para este próximo año?

Bueno, en estos siete años he aprendido mucho sobre el trabajo en Comunidad. Que deben ser el punto de encuentro con Cristo y de apoyo mutuo en la fe, fomentando la conversión y el compromiso cristiano. El objetivo inicial de ser comunidad, fue moldeándose, a convertirnos en Apostolado, tal como su nombre lo indica, porque entendí que en las parroquias hay movimientos laicales, comunidades religiosas y grupos de apostolado y que la comunión eclesial no implica uniformidad, sino una unidad en la diversidad que enriquece la misión de la Iglesia.


Por esta razón nos hemos enfocado a la formación de los laicos, a través de cursillos, programas, talleres, libros de texto, material digital, el portal de noticias y los materiales distribuidos en radio, televisión y prensa. 


El objetivo es uno mismo: Seguir trabajando para que mas familias lleguen a los pies de Nuestro Amado Señor. 


¿Qué es lo difícil de hacer comunidad hoy en día?


Hacer comunidad en el contexto actual enfrenta desafíos significativos debido a una combinación de factores culturales, sociales y tecnológicos. Estas dificultades afectan la capacidad de las personas para conectarse auténticamente y vivir en comunión según los principios cristianos. Yo le digo a mis hermanos en las predicas, que la Iglesia es perfecta porque viene de Cristo mismo, pero desde la divinidad e imperfecta desde la humanidad.


Considerando que es imperfecta, siempre habrá desafíos para que todos, en unidad caminemos hacia un mismo propósito y al mismo paso, pero el ser humano es individual, y por ende esas diferencias siempre existen, entonces es donde la Iglesia ha empezado a cambiar, la forma de hacer apostolado ha cambiado, no transgredido. 


Después de pandemia las comunidades, apostolados e iglesias en Guatemala se han quedado vacías, la feligresía entró en un área cómoda, resultado de la virtualidad,  otros mas encontraron nuevos formas de llevar su Fe, y entonces cada día el pueblo católico disminuye en nuestro país, pero desde mi perspectiva esto es bueno, el mismo Papa Benedicto en el año 2016 pronosticó justamente esto; La iglesia será hará pequeña, pero es necesario para que podamos regresar a la esencia de las primeras comunidades y podamos contar con miembros, pocos pero comprometidos.


También debemos sumarle que en un mundo cada vez más secularizado, muchas personas no encuentran atractivo el concepto de comunidad cristiana o eclesial, ya que no reconocen su valor espiritual y la desafección religiosa lleva a la falta de compromiso con la fe y termina afectando la participación activa en comunidades parroquiales o apostólicas. Somos pocos hoy en día.


Aquí es donde la formula del mundo no funciona, las matemáticas no cuadran, porque cada día somos menos, pero los desafíos son más, y entonces es donde entra por la puerta grande la providencia de Dios, porque durante estos siete años siempre hemos tenido el respaldo de nuestro amado Padre. 


Los gastos mensualmente se vuelven elevados cuando no hay un ingreso, pero también llegue a entender que la dinámica de solicitar ofrenda a los seguidores de nuestro contenido, grupos de whatsapp o incluso comunidades a donde me invitan a predicar puede ser tedioso y desgastante. Por esta razón recurrimos a otras alternativas, entregando productos y servicios de valor a cambio de una ofrenda con cursos, talleres, algunos bienes católicos, retiros y predicas. 

¿Cómo ves Apostolado Hechos en 10 años? 

Trabajando para seguir promulgando la buena nueva, el verdadero camino, el de nuestro señor. Mi visión es muy esperanzadora, porque siento que nos seguiremos fortaleciendo y trabajando mucho por la sinodalidad, y no dudo que el enfoque vaya aun mas hacia la digitalización, esto incluye realidad virtual, inteligencia artificial y redes sociales para la catequesis, formación y transmisión de eventos litúrgicos. Incluso, sin transgredir, podríamos hablar de los sacramentos virtualizados. 


Pienso que los números de integrantes seguirán siendo pequeños, pero nos permitirá vivir experiencias mas intimas, autenticas y comprometidas. Si bien habrá desafíos importantes, la Iglesia y sus comunidades tienen el potencial de renovarse profundamente en los próximos 10 años. Con un enfoque en la misión, la inclusión y la creatividad pastoral, las comunidades católicas y apostolados pueden ser un faro de luz, esperanza y transformación en el mundo.

Les compartimos nuestro tema musical. 


Algunas Imágenes de nuestro recorrido