Un verdadero discípulo de Jesús, se despoja de todo lo que es y de todo lo que tiene para seguirle y cumplir la Gran Comisión dada por nuestro Señor: Id predicar el evangelio a todas las naciones del mundo

El Señor a ti y a mí nos quiere hacer pescadores de hombres, pero, ¿estamos realmente  dispuestos a dejar todo de nosotros para seguirle y servir a las naciones? Tal vez debemos dejar la comodidad de nuestra ciudad, la comodidad de nuestra vida, nuestro carácter, ¿y por qué no?, incluso renunciar a algunos sueños personales por los sueños de Dios.

El Señor te llama a ser un verdadero discípulo de Jesús; a que dejes tus redes; dejar eso que tienes ahora por lo que Él te dará: una gran corona de vida y victoria. 


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