Domingo 12

SEÑOR DIOS, al comenzar esta reunión queremos que estés presente en nuestra vida. Que las tareas que realicemos tengan un sentido solidario y no sean sólo para beneficio nuestro, sino para que podamos servir a los demás con un espíritu nuevo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Todos: Amén.


La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre cada uno de nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Una vez que hemos experimentado lo que hace el perdón del Señor que nos ha envuelto en su inmensa misericordia y hemos escuchado esa palabra salvadora: “Yo tampoco te condeno, vete y no vuelvas a pecar”, necesitamos ver cuál sería el resultado en la vida concreta. San Pablo la llama “Vida Nueva”.

El perdón está compuesto de la partícula per, que da la idea de intensidad y de la palabra perdón. Entonces, la palabra completa quiere decir un don intenso. En este caso es don intenso de Dios mismo a nosotros. Eso se llama AMOR sin condiciones, como el de Jesús a la mujer cogida en adulterio a la que él no reprocha nada sino que despide en paz pidiendo que no vuelva a pecar.


Lectura de 1 Corintios 12, 1‐8. Se trata del amor de Dios, pero Dios vive en nosotros y nos mueve a amar de la misma forma que él. 


REFLEXIÓN.  ¿Cómo descubrí los Dones que Dios puso en mí?


(Acá se le otorga la palabra a cada uno de los integrantes).


PADRE NUESTRO

Guía: Unidos en una sola voz digamos: Padre Nuestro...

CONCLUSION


Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros. Todos: Y seremos salvos. Amén.